Uber no está teniendo el éxito que quería, ni siquiera entre los taxistas londinenses. La aplicación de transporte urbano entre particulares se ha extendido por la capital inglesa y el gremio ha pedido su ilegalización. Pero, ¿por qué?
El argumento es que los conductores de Uber utilizan la aplicación para calcular las tarifas, cuando es ilegal que los vehículos privados lleven taxímetros.
La autoridad del Transporte ha decidido no intervenir porque no le convence el argumento, por lo que la principal asociación de taxistas, la LTDA, ha anunciado una concentración de vehículos para principios de junio, que colapsará la ciudad.
Uber es una aplicación presente en más de 100 ciudades de 35 países. Ha tenido problemas burocráticos y de competencia en ciudades como París, Bruselas, Berlín, Sidney, Washington y San Francisco, de donde es originaria y recientemente en Barcelona, donde la Generalitat ha abierto expediente informativo.